Apoyo...

¿Recuerdas las palabras que te dije el otro día? Aquellas sobre llorar por personas que han quedado atrás en nuestras vidas o que no han llegado a ser parte de ella como nos hubiera gustado... Esas palabras siguen en pie. Nadie merece que tus preciosos ojos marrones se empañen con lágrimas de dolor y tristeza. Lágrimas de alegría, todas las que quieras, pero las otras... no quiero ni verlas.

Quisiera estar ahí para poder darte un abrazo tan grande que te sintieras tan protegido en el hueco de mis brazos que no quisieras salir de ahí. Quisiera poder darte palabras de ánimo que te ayudasen a ver el mundo como un lugar mejor que el que ves ahora. Quisiera poder hacerte sentir que no estás solo a pesar de la distancia.

Hoy es un día feo para ti, pero el próximo amanecerá lleno de luz y yo espero estar ahí para verlo contigo.

Para cualquier cosa que necesites ya sabes que aquí me tienes.